¿Qué no tendrá Cuba de capitalista?



Entrevista a Juan Valdés Paz, Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas de Cuba




Sus vínculos con diversos sectores de la sociedad cubana, el desempeño en el Centro de Estudios sobre América, así como en el Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana, entre otras experiencias personales y profesionales, le confieren respeto nacional e internacional.

Juan Valdés Paz, al recibir el Premio Nacional de Ciencias Sociales 2015, expresó en el discurso de agradecimiento ciertas convicciones adquiridas en su vida, entre ellas que: "Todo debe ser permanentemente repensado y no hay criterio de autoridad suficiente para suplantar la propia reflexión".  

Valdés Paz considera, al igual que los empiristas, los kantianos, los materialistas sistémicos y el sentido común, que "el conocimiento se tiene que basar en la experiencia, aunque no solamente". También se acoge al principio marxista de dudar de todo, y al leninista de que la verdad es revolucionaria y, como dijera Aristóteles: "la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero".

Bajo estas premisas dialogué con él en mi programa Agenda Común de VSD, en el contexto de la sesión holguinera de la Feria del Libro.

¿Cuánto aportan las Ciencias Sociales al desarrollo de Cuba, al cambio y evolución de la sociedad cubana actual?

Es justo comenzar reconociendo que las ciencias sociales tienen una historia de casi seis décadas al lado de la Revolución y que exhiben un crecimiento en sentido general a través de diversos campos de estudios, la incorporación de nuevas disciplinas, un gran número de investigadores, importantes resultados. Una visión optimista se conformaría con esos resultados, pero una visión diferente, que es la que yo tributo en mi discurso de agradecimiento cuando recibo el premio nacional, sería inconforme.

La intención de la creación de una sociedad socialista y la demanda de que esta sea construida conscientemente por sus ciudadanos le da a las ciencias sociales una misión extraordinaria y me parece que todavía no están a la altura de esa demanda. Por eso con esta visión menos optimista: reclamo, llamo la atención de que tenemos que hacer un esfuerzo mayor por su desarrollo.

Al referirse a ese desarrollo, enfatiza en su discurso, que no puede existir avance de la sociedad si las ciencias sociales no se desarrollan y viceversa. Parece un círculo vicioso, pero en contraposición plantea, que se trata de un “círculo virtuoso”. ¿Cómo entenderlo?

Utilizo esta expresión para decir que determinadas condiciones favorecen cierto desarrollo, las cuales a su vez, recíprocamente refuerzan esas condiciones también favorables y así sucesivamente. No habrá una estrategia de desarrollo completa si las Ciencias Sociales (CS) no están presentes como parte de ese desarrollo y a su vez contribuyan a la propia estrategia.

Existe una demanda muy grande de las CS. Los políticos generalmente tienen que tomar decisiones para ahora, o para después y si las CS no están disponibles, sino han producido una base de investigaciones, reflexiones, apreciaciones, interpretaciones suficientes de la sociedad, le es difícil al político tener en cuenta esos resultados en sus agendas. 

Se trata de contribuir y facilitar a los políticos las herramientas para la toma de decisiones…

Exactamente. Es esencial en el socialismo para la implementación de políticas públicas, donde existe un proceso de entrada y salida. Con una mirada funcionalista en la entrada, deben estar presentes los aportes de las CS. Hacer algo, sin tomar en cuenta los resultados de éstas es un riesgo demasiado alto y, probablemente, un empobrecimiento de las decisiones. Las CS están al principio y al final del proceso para regresar al inicio del mismo, valorando las estrategias. Cada una con sus particularidades y en el campo de acción que le corresponde.

¿A este proceso funcionalista y a los resultados de las investigaciones, se le confiere en Cuba toda la importancia que merece?

Hacer una apreciación justa al respecto es difícil, pero mi impresión es que no. Ya disponemos de una amplia gama de estudios y de información que no aparece, no incide en la agenda de los problemas. Sin embargo la alta dirección política está cada vez más atenta a lo que dicen las CS cubanas. Estamos en un momento que puede ser más negativo o más positivo según sea el alcance de lo estudiado y la receptividad por parte de los políticos…

Es casi universal que los políticos no asuman totalmente lo que los científicos sociales, politólogos y humanistas revelan en sus investigaciones. Las CS son tácitamente críticas, dan cuenta de la realidad, se expresan bajo el discurso “el rey está desnudo”: contrastan con el discurso político que trata de ser optimista. En ese sentido hay algo revulsivo. Por eso hace falta que el político tenga una amplia cultura,  sensibilidad y que sepa el rol que desempeñan la CS a favor de su propia toma de decisiones.

Tampoco las CS tienen siempre toda la razón, o pueden hacer propuestas inviables. Les corresponde a los políticos tomar nota y colocarlo en términos factibles. Lo importante sería apuntar la necesidad de un diálogo: las CS producen, los políticos son receptivos y ambos enriquecen la toma de decisiones. No toda la clase política cubana tiene esa sensibilidad, esa disposición. A veces ni toda la ilustración de por dónde van las CS; y por otro lado a las CS le puede faltar, independientemente de lo alcanzado, la objetividad y dominio de la realidad a la que se enfrentan los políticos para tomar decisiones. 

¿La participación en este proceso, no sólo de la comunidad científica y los políticos, sino del  ciudadano como objeto de estudio, en qué lugar la sitúa?

Es algo por resolver, transitamos con cierta discreción, con cierto enclaustramiento. Una parte de la producción de las CS queda para uso del "servicio", alguna puede considerarse inconveniente para la información pública. 

Existen, desde mi percepción, muchas barreras para que el resultado de las CS se vuelque e incida sobre el conjunto de la sociedad. No tenemos un verdadero espacio de debate, de confrontación, ni siquiera dentro de la comunidad científica.

Usted provoca  a la comunidad científica cuando le entregan el premio nacional…

Los provoco y aprovecho esta entrevista para volverlos a provocar, porque está el problema de transmitir el resultado, incluso, tampoco abundan las intenciones de los científicos sociales de colocarlo en la esfera pública, quizás porque el sistema de comunicación no siempre lo facilita. Debería ser intención de los científicos sociales dirigirse a la esfera pública, no solamente producir para los políticos. La esfera pública es la que incluye a la población y hablo de una población de noveno grado, cerca de un millón de graduados universitarios, de una población con capacidad inusitada, creada por la Revolución, para recepcionar información, o sea, los resultados de las investigaciones.

Por otra parte si los medios de comunicación lo facilitan, si  la esfera pública es receptiva, la población puede construir mejor su estado de opinión a partir de los resultados de la CS y, seguramente, ayudará a que la agenda de los políticos sea más rica, más completa, más objetiva.

El Presidente Raúl Castro, a inicios de 2014, convocó a los científicos sociales y a los intelectuales en sentido general, a conceptualizar el "Socialismo Cubano" partiendo de  las condiciones económicas y sociales del país. Imagino un reto muy complejo, si analizamos el contexto nacional e internacional del actual siglo.

El Socialismo atraviesa por un debate internacional muy fuerte, y aunque tiene una menor expresión nacional también está presente entre nosotros.  Al  final si examinamos por donde van las cosas apreciamos hoy la permanencia de algunas experiencias socialistas que se declaran “socialismo con características propias” y algunas admoniciones en latinoamérica que hablan del “Socialismo del Siglo XXI”. 

Evidentemente no son iguales los proyectos que van apareciendo en Venezuela y otros países... y el que se construye en Cuba.

En lo que hemos avanzado todos, es en que no hay un modelo mundial de Socialismo. Hay Socialismo con características propias, como el de los chinos, y al final lo que nos compete a los cubanos, es definir cuáles serían finalmente las características del nuestro.

En realidad siempre existieron diversas maneras de Socialismo, en la teoría y en la realidad. Por ejemplo Yugoslavia se declaraba socialista, China decía que era diferente a la Unión Soviética y en Cuba también tuvimos largas etapas donde enfatizamos el carácter nacional de nuestro socialismo.

Tenemos distintas expresiones históricas de este sistema y, probablemente, distintos cursos también. Pero de lo que se trata es de definir qué no tendremos de capitalismo. O sea qué no tendrá nuestro camino de capitalista. Esa es parte de la reflexión que tenemos que hacer científicos e intelectuales cubanos; pero necesitamos un escenario de debate interno, lo suficientemente rico como para que construyamos un consenso sobre estos temas.

La convocatoria del Presidente me parece esencial, pero a mi modo de ver, va más allá del concepto; como él mismo ha dicho estamos comprometidos con un nuevo modelo económico que seguirá siendo objeto de análisis y debate con vistas a su implementación definitiva. Esto también implicaría modificaciones constitucionales.

Serán escenarios muy complejos que marcarán el rumbo del país en el mediano y largo plazo, con divergencias de pensamientos y propuestas. En esos escenarios, todos los actores harán sus aportes y por tanto, la participación de los intelectuales comprometidos con este proyecto histórico será determinante. 

Usted habla de científicos, de intelectuales comprometidos. Yo incluiría a ciertos funcionarios y cubanos todos, defensores del país, pero que no valoran el corto paso por la vida que concede la naturaleza a los humanos. 
¿Sería oportuno acelerar la marcha, conociendo la Cuba de hoy y los resultados de sus ciencias sociales?

Absolutamente de acuerdo. Yo diría más, nosotros estamos en esta conversación hablando de las ciencias sociales cubanas, pero la ciencia por definición es universal.

Lo que hacemos desde Cuba es contribuir al patrimonio mundial. Permíteme utilizar un dicharacho cubano “no vamos siempre a descubrir el agua tibia”. Se trata de partir de un acervo internacional de las CS que tenemos que incorporar, actualizarnos de sus resultados, saber distinguir que nos sirve de ello para describir nuestra realidad y reproducir conocimientos propios. 

También cabe hacer un distingo entre las Ciencias Sociales (CS) y los científicos sociales. Los que tienen compromiso son los científicos, las CS no tienen compromiso; es una actividad humana que produce conocimiento: ciertos o falsos, generadores de saberes; descubre y hasta permite transformar la tecnología, etc. Eso lo hace la ciencia. 

Los científicos sociales que nos involucramos en eso, unos tenemos compromisos y otros no. Pero no es con “científicos revolucionarios” que en este mundo se hacen las ciencias sociales. 

Tampoco podemos perder de vista que las CS tienen en su objeto de estudio los problemas emergentes. Por tanto la Cuba actual, nos lo digan o no, nos los soliciten o no los políticos, los funcionarios, hay que estudiarla.

Actualmente existen en la sociedad cubana algunos problemas emergentes que son desafíos inmediatos para las CS del país. Problemas que ya forman parte de las políticas del gobierno o que se derivan de ellas. Un ejemplo lo tenemos en los grandes retos que enfrenta la Sociología. En este momento tiene un gran reto. 

Como resultado de la implementación de los “Lineamientos” del VI Congreso del Partido, se está produciendo un cambio en la estructura social, ¿acaso la sociología no va a seguir ese proceso de cambio en la estructura socio clasista, la generacional, la laboral, la de género? Es un gran desafío. 

¿No va dar cuenta de que en virtud de los procesos de cambios económicos existe una parte de la población, y que pudiera aumentar, que está bajo el umbral de la pobreza? ¿Este tema no va ser considerado porque los políticos nunca utilizan ese término?

Como parte de la realidad cubana y como tema emergente, tiene que ser objeto de la sociología nacional. Al igual que otros, como el paso a un mayor patrón de desigualdad de la población o el surgimiento de nuevos sectores y gestores económicos que entrañan para la sociedad el cambio de las estructuras de empleo, y el paso de grandes contingentes de trabajadores del sector estatal al privado; o el significado del cooperativismo en todos estos procesos.

Se está produciendo un impacto, cambios en la sociedad que la sociología debe acompañar. Pero también emergen otros problemas que ya involucran a otras disciplinas como la demografía, la antropología, etc. 

Sin duda se abre el horizonte para futuras investigaciones... ¿Las autoridades están preparadas, dispuestas a escuchar información no acostumbrada?...¿Qué papel desempeña ahí el investigador?

Por eso anteriormente distinguía entre Ciencias Sociales y Científicos Sociales.

Efectivamente, las actitudes personales, el nivel de compromiso con la verdad, la sensibilidad sobre esos problemas emergentes es lo que las CS pueden esperar como resultado del trabajo de los científicos dignos.

Vale aclarar que la realidad actual no sólo está en manos de los profesionales de la ciencia. Si no hay debate social, si la población no participa, si la sabiduría popular no se tiene en cuenta, si la experiencia inmediata de todos no se integra, si los pobres no pueden hablar de su pobreza, entonces no vamos a tener nunca las CS que necesitamos para el cambio.

Profesor, habla de cambios, y otros dicen transformación. ¿Cuál podría ser la diferencia? 

Generalmente cambio es una palabra de menor rango que transformación. La transformación alude algún tipo de cambio estructural, no a variaciones cuantitativas o de ciertos parámetros que explicarían el cambio. Cuando decimos transformaciones aludimos a que las formas están cambiando, que es igual a decir que las estructuras sociales estarían cambiando o se querrían cambiar. 

Cuando por ejemplo hay un “lineamiento” que plantea crear un sector cuentapropista y fomentar las cooperativas no agropecuarias, está proponiendo una estructura de gestión económica donde junto al Estado aparece un nuevo gestor; entonces aparece una estructura de gestores económicos totalmente diferente a la que tuvimos hasta hace un tiempo atrás y eso nos conlleva a enfrentar un cambio estructural.

Fidel dijo: "Cambiar todo lo que deba ser cambiado".

Ese es el espíritu. Cambiar todo lo que debe ser cambiado, pero en términos históricos no podemos siempre cambiar todo lo que debiera ser cambiado y mucho menos todo a la vez. Tenemos que establecer prioridades, acumular recursos, conocimientos.  En este sentido es importante el cómo, porque aveces queremos hacerlo y no sabemos cómo hacerlo bien.

¿No será que hay resistencia al cambio?

Sí. Unas veces por incomprensión, otras por barreras ideológicas y otras porque se afectan intereses.

El tiempo se nos ha agotado.

Lamentablemente!

El canal tiene que "cambiar"...

RISAS

...para otro programa. Nos quedamos con ganas, pero volveremos en una próxima oportunidad.

Yo estaré siempre a tu disposición y agradezco la posibilidad de compartir contigo este tiempo.

Gracias profesor.

 

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